Este telescopio, el más complejo del mundo, nos ayudará a resolver muchas preguntas sobre nuestro sistema solar y permitirá observar el universo de forma mucho más profunda de lo que hemos sido capaces hasta la fecha.
Este 22 de diciembre, está previsto el lanzamiento del Webb, el observatorio espacial más sensible y costoso que se ha construido en toda la historia.
Se han superado años de retrasos debido a factores provocados por la pandemia y ciertos desafíos técnicos. Sin embargo, a finales de diciembre se materializará este añorado momento para la ciencia.
Cabe resaltar que este magnifico proyecto ha sido desarrollado por un consorcio internacional liderado por la NASA y en el que además participan la Agencia Espacial Europea y la Agencia Espacial Canadiense, lo que lo hace aun mas histórico.
Este observatorio cuenta con un gran espejo compuesto de 18 segmentos hexagonales recubiertos en oro que puede extenderse 6,5 metros, longitud que permitirá que recoja más luz de los objetos que observa una vez se encuentre en el espacio. Cuanta mas luz se puede captar, más detalles se pueden observar. Un espejo tan grande, por supuesto presentaba el importante reto de introducirlo dentro de un cohete, para lo cual se diseño el telescopio como una serie de partes móviles que deberán desplegarse automáticamente el espacio.
Con la ayuda de este artefacto, seremos capaces de observar cada fase de la historia cósmica, incluyendo los destellos iniciales del big bang, asimismo, el espectro amplio de planetas, estrellas, la estructura del universo en si misma e incluso agujeros negros. Se nos permitirá investigar hasta las más débiles señales de las primeras galaxias creadas hace 13.500 millones de años aproximadamente.
Es emocionante ser espectadores de este momento histórico para la humanidad. Una vez más, la ciencia permitiéndonos mirar otra realidad.
Por Alejandro Ruiz Mazzeo